Con la partida de Don Alejandro Tarma perdió a uno de sus más importantes intelectuales de la segunda mitad del siglo XX. A manera de homenaje y para divulgación de la labor de nuestro insigne historiador reseñamos un artículo publicado en el diario EL Peruano el 16 de diciembre de 2011 que nos da una pequeña muestra de la trascendencia su labor:
HISTORIAS PERDIDAS, LA INDÓMITA TARMA
María Luz Crevoisier, Periodista
No deseo que la tierra de mi madre sea incendiada por los chilenos, fueron las palabras del «Brujo de los Andes», Andrés Avelino Cáceres, antes de las batallas de Tarhuacruz y Tarmatambo, no consignadas por la historia, que impidieron que la antigua Intendencia de Tarma cayera en manos enemigas durante la Guerra de 1879.
Registra este pasaje heroico de la campaña de Cáceres el profesor e historiador Alejandro Palomino Vega, uno de los más destacados especialistas sobre la historia de Tarma y autor de más de once libros que donó a la Biblioteca Nacional, de los cuales nueve han desaparecido.
Alejandro Palomino Vega nació hace 91 años en la tierra de los taramas (o tarumas), una antigua etnia según nuestro distinguido historiador, procedente de Centroamérica; estudió primaria en La Oroya y secundaria en el colegio San Ramón de Tarma.
Hizo la carrera magisterial (Historia y Geografía) en la Católica, y fue alumno del sacerdote Rubén Vargas Ugarte; escribe libros sobre Tarma desde 1945, motivado por lecturas que consignaban datos equivocados respecto a la «Perla de los Andes» o pasaban por alto hechos como el mencionado anteriormente.
El «Tayta» Cáceres, nos contó, fue hijo de la tarmeña doña Justa Dorregaray Cueva, a quien se la sindica natural de Ayacucho, como su esposo, don Domingo Cáceres y Oré.
La familia Cáceres no aceptó ese matrimonio, que tuvo un solo hijo, Andrés A. Cáceres (1836-1923), y confinó a la señora a la hacienda de Pampas. Posteriormente, ella retornó a su tierra, pues tenía una casona en la plaza principal de Tarma y otra en Sacsamarca, dejando al niño al cuidado de su padre.
Nicolás de Piérola vivió por cuatro años en la casa de Tarma, pues era amigo de Cáceres; después, el «Califa», olvidando esta hospitalidad, se convertiría en uno de sus más acérrimos contrincantes por razones políticas.
Nuestro distinguido historiador, exprofesor y director del colegio San Ramón, concejal por once años en la comuna tarmeña nos hace estas interesantes evocaciones recorriendo la historia de manera límpida.
Volviendo a Cáceres, manifiesta que el caudillo de los Andes convirtió a Tarma en su cuartel general porque allí se encontraba su madre. Estaba ya casado con doña Antonia Moreno y tenía dos hijas.
El futuro mariscal y dos veces presidente del país recorrió diversos pueblos tratando de reunir el dinero que necesitaba para armar su ejército, compuesto casi totalmente por tarmeños. Uno de sus más abnegados colaboradores fue el minero Francisco Mendizábal León, héroe en San Juan, quien donó gran parte de su fortuna para la Campaña de la Breña.
Don nació el 20 de Mayo de 1921. Fueron sus padres Don Florentino Palomino N. y Doña Sara Vega. Es, sin duda, uno de los más entendidos en materia de arqueología, historia y folklore de Tarma. Fue profesor de historia en el colegio Nacional San Ramón pasando luego a ser Director de Estudios y Director del plantel Preocupado por la historia de su tierra, realizó estudios profundos sobre el origen y su trayectoria, despejando muchas dudas y dándonos a conocer muchos aspectos sobre nuestra provincia de Tarma. Público varios folletos y revistas en las que dió a conocer sus investigaciones; entre ellas se encuentran «Estudios Históricos de Tarma» (1962) «Apología de la Ciudad de Tarma» «Tríptico Tarmeño» (1964) «Acobamba, Muruhuay; Bosquejo Histórico» (1976) «Cantos populares Tarmeños» (1984) obra con bastante lujo de detalles, entre otras. Gracias Don Alejandro por enseñarnos a querer a nuestra tierra, Gracias por ser un tarmeño cabal.





