El miércoles por la tarde participó en la elaboración de la alfombra y del recibimiento de la imagen del Señor de Los Milagros. Entrada la noche se despidió de todos. Tenía un semblante diferente. A golpe de las 7:30 salió de la Universidad; minutos después tomó un auto colectivo rumbo a Huancayo.
Horas más tarde ocurrió la tragedia: choque del auto contra un camión estacionado en la carretera central altura de la bajada hacia el distrito de Acolla. Fue trasladada inconsciente a una clínica de la ciudad de Huancayo, donde la diagnosticaron TEC grave.
El jueves entró a sala de operaciones en la que los médicos le extrajeron hematomas (sangre muerta) del cerebro, a causa del fuerte golpe que sufrió la cabeza durante los aciagos segundos que duró el accidente o negligencia vehicular.
El jueves por la tarde, Esther Arias, sufrió un paro cardíaco. Logró superarlo. Ella seguía en estado de coma. Sus familiares y compañeros de trabajo de la UNAAT estuvieron ahí, cerca de ella, entre sollozos y angustia por la situación de la humilde doctora.
Ayer domingo pasado el mediodía, la doctora Esther Arias dejó de existir. No aguantó más. Sólo quedará en el recuerdo lo amable, humilde y exitosa profesional que llegó a Tarma a servir. Sólo quedará en el recuerdo la última imagen con vida, esa ‘despedida’ que ella dio el miércoles, cuando salía de la Universidad.